Samuel O’Reilly es considerado el primer “rock star” del tatuaje.
No sabemos mucho de la figura de Samuel O’Relly, la mayoría de lo que sabemos proviene de artículos de prensa y el libro de 1933 “Tattoo: Secrets of a Strange Art as Practised among the Natives of the United States ” de Albert Parry.
Según Parry, O’Reilly era un inmigrante irlandés que se convirtió en un exitoso tatuador de su época, además de tener el honor de patentar la primera máquina de tatuaje.
Comenzó a tatuar en Nueva York alrededor de 1875, y era dueño de una tienda de tatuajes en la ciudad de Nueva York en el número 11 de Chathan Square, la tienda no era mucho más que un armario de gran tamaño en la parte trasera de una tienda de barbero, como la mayoría de las tiendas de tatuaje de la época.
Se comenta que durante el tiempo que estuvo O’Reilly era común aglomeraciones de gente en el local queriéndose tatuar por él.
En este local se estableció durante años hasta que se retiró, y allí continuo su discípulo Charlie Wagner hasta 1953.
En 1891, la primera máquina de tatuar fue inventada y patentada por el artista, O’Relly, descubrió un dispositivo llamado “Pen eléctrico”, que fue inventado por Thomas A. Edison en 1876, la pluma eléctrica, que consistía en un sistema de duplicación de documentos que no utilizaba tinta, sino, una aguja que hacía perforaciones en una especie de “cartones” por los que después la tinta corría hasta llegar a unas hojas blancas colocadas debajo para realizar diversas copias, O’Reilly tomo el invento, le añadió múltiples agujas y un depósito de tinta adaptándolo a sus necesidades.
Desde entonces las máquinas de tatuajes han tenido muy pocos cambios en su diseño, manteniendo la idea inicial del invento.
Gracias a O’Relly, se abrieron nuevas oportunidades en el mundo del tatuaje, los tiempos se acortaban, y permitían al artista ser mucho más preciso. Muchos fueron los que se interesaron por el invento, que encontraban en la máquina un proceso más rápido y limpio, lo que ayudó a popularizarlo y expandirlo, sobre todo artistas feriantes lo comenzaron a utilizar en sus espectáculos. De allí a las tiendas de tratadores y hasta nuestros días.
Poco se sabe acerca del estilo de O’Relly, pero seguramente se ajustaría al de la época, el artistas siguió con su carrera hasta que en 1908, por culpa de un caída mientras pintaba su piso de Brooklyn falleció.
Muchas gracias O’Relly!!